miércoles, 25 de septiembre de 2013
jueves, 5 de septiembre de 2013
General Pedro Manuel Rojas Delgado
El General Pedro Manuel
Rojas Delgado, abuelo materno de mi mamá Enriqueta Rojas de Laurentin,
padre de mi abuela, Zenobia Rojas, y bisabuelo de todos los Laurentin Rojas, nació en Santa Rosa Estado Barinas el año de
1828 y muere en Guasdalito el 14 de febrero de 1871. Militar y político
venezolano, con participación en la Guerra Federal o Guerra Larga. Fueron sus
padres José Gabriel Rojas y Ana de Jesús Mercado, agricultores que le
proporcionaron una educación con muchas limitaciones. Hasta 1858, se dedicó a
la agricultura, al comercio y a la cría de animales en su hacienda Amable
María, entre Dolores y Libertad (Edo. Barinas). Sin embargo, apenas se enteró
del estallido en 1858 de la Revolución de Marzo en contra del presidente José
Tadeo Monagas, organizó un grupo de soldados para defender su gobierno, lo que
no obstante no pudo evitar la caída de éste. Al iniciarse la Guerra Federal en
1859, liquidó todos sus negocios y se lanzó a la lucha, al mando de 12 hombres
armados a favor de la Federación. El 25 de abril de 1859, se unió a las fuerzas
del general Ezequiel Zamora a orillas del río Santo Domingo, cerca de San
Lorenzo. El 28 de agosto siguiente participó con el grado de coronel en la
defensa de la ciudad de Nutrias contra el general centralista Nicolás Brito,
quien resultó vencedor. Como consecuencia de las heridas recibidas por el
general Carlos Colón Fuentes, jefe de la guarnición, Rojas tuvo que tomar el
mando y dirigir la retirada; posteriormente, los centralistas abandonaron la
ciudad y el puerto de Nutrias, poblaciones que fueron retomadas por Rojas. Ya
con el grado de general, Rojas defendió las poblaciones de ciudad y puerto de
Nutrias, de una nueva ofensiva de Brito, a quien derrotó el 20 de noviembre de
1859 en ciudad de Nutrias, obligándolo a reembarcarse en la escuadrilla fluvial
centralista que recorría los ríos Apure y Orinoco. Debido a esa acción de
guerra, Rojas se convirtió en el más connotado caudillo federalista de la
región. Durante todo el año 1860 desarrolló una activa lucha de guerrillas en
la zona comprendida entre las cercanías de Guanare y la ciudad de Nutrias. El
21 de enero 1861, los federalistas, entre ellos Rojas, fueron derrotados en la
acción de La Mesa de Barinas y se dispersaron. Perseguido por el comandante
centralista Manuel Herrera, Rojas buscó refugio en la Villa de Arauca, en
territorio colombiano. Allí se unió el general José Loreto Arismendi, quien
desde ese momento se convirtió en su jefe de Estado Mayor. A mediados de 1861,
contraatacó y obligó a retroceder al comandante Herrera. El 11 de agosto de
1861 derrotó a los centralistas en El Gavilán y el 19 de enero de 1862 hizo lo
mismo en El Mamón; esta última victoria le abrió las puertas de la ciudad de
Barinas, donde entró poco después. Ya para era reconocido entre los
federalistas como “general en jefe del Ejército del Sur de Occidente”.
Durante el
resto del año 1862 realizó campañas hacia Guanare (combate de San Jacinto,
6.5.1862) y hacia San Fernando de Apure, sin éxitos decisivos. La Asamblea
Constituyente del estado Zamora (que incluía los territorios de las antiguas
provincias de Apure y Barinas) reunida en Nutrias en octubre de 1862 bajo su
égida, sancionó el 4 de noviembre de ese año la Constitución de dicho estado.
También en dicha asamblea se consideró la restauración de la Antigua Gran
Colombia (debido a la insinuación hecha desde Bogotá por el general Tomás
Cipriano de Mosquera, presidente de los Estados Unidos de Colombia) pero al
saber Rojas que el general Juan Crisóstomo Falcón desaprobaba el proyecto, lo
dejó a un lado. En 1863, sitió y tomó por asalto la ciudad de Guanare, cuya
guarnición se rindió en la noche del 4 de abril: Posteriormente, el 23 de mayo
tomó Apurito, el 30 Achaguas evacuada por las fuerzas centralistas y el 26 de
junio entró sin combatir en San Fernando de Apure. Entre tanto en Caracas, el
Tratado de Coche había puesto fin a la guerra. En virtud de que Rojas no estuvo
muy acuerdo con dicho acuerdo, se distanció del presidente Falcón, pero sin
cortar del todo sus lazos de subordinación. A pesar de que fue elegido miembro
de la Asamblea Nacional Constituyente que se reunió en Caracas a fines de 1863,
no asistió a las sesiones, dejando que lo hiciera su suplente. Permaneció con
su ejército en los llanos hasta que a, comienzos de 1864, el presidente le
ordenó licenciarlo, lo cual hizo sólo parcialmente. A fines de febrero de ese
mismo año, estaba en Calabozo, y el 6 de marzo se entrevistó en La Victoria con
el mariscal Falcón, a quien acompañó luego en su visita a Maracay, Valencia y
Puerto Cabello. Luego de esto Rojas regresó a Barinas con el nombramiento,
expedido por el presidente Falcón el 14 de marzo, de jefe del distrito militar
del sur de occidente. Como tal, dominó en marzo de 1865 en Barinas un
alzamiento contra el presidente del estado Zamora, general Juan Pablo García.
En 1866, fue
elegido presidente del Gran Estado Zamora, que incluía ya junto a las antiguas
provincias de Apure y Barinas la de Portuguesa; aunque no pudo evitar que posteriormente
esta última entidad se separase y formase un estado independiente, para lo cual
contaban los de Portuguesa con el apoyo del mariscal Falcón, quien deseaba
reducir el poderío de Rojas. Ante estas circunstancias, Rojas Mercado se puso
en pie de guerra en junio de 1866, pero al fin tuvo que ceder y firmar en
Acarigua, el 1 de septiembre, un convenio de paz con los emisarios de Falcón.
Durante la crisis político-militar de 1867-1868, en la que se debatía la
sucesión presidencial del mariscal Falcón, un sector de la oposición en el seno
del Congreso, reunido en Caracas en abril de 1868, favoreció la candidatura de
Rojas, quien era senador; pero fue el general Manuel Ezequiel Bruzual el que
resultó designado y llegó al poder. En junio de ese mismo año, el estado Zamora
se declaró en rebeldía contra el gobierno de Caracas y el general Rojas,
caudillo del movimiento, quedó a la cabeza del ejército de dicho estado, como
comandante en jefe. Al triunfar la Revolución Azul, Rojas hubo de refugiarse en
Colombia. En Cúcuta vivió hasta octubre de 1870, cuando desde esa población
colombiana promovió un movimiento armado que triunfó en San Cristóbal el
día 13 y le permitió ejercer el mando como jefe civil y militar del estado
Táchira, en nombre de los principios federales. No obstante, a las pocas
semanas, llegó un ejército enviado por el general Antonio Guzmán Blanco desde
el centro del país, y Rojas cesó en sus funciones. Regresaba a sus posesiones
de Barinas cuando repentinamente enfermó en el tránsito, muriendo en
Guasdualito. Posteriormente sus restos fueron trasladados a Caracas y
sepultados en el Panteón Nacional el 10 de agosto de 1876.
Prohibido olvidar
“No puede ser militar el cobarde, el que carezca de dignidad, pundonor
ni el de relajada conducta, pues mal puede ser guardián de la libertad, honra e
independencia de su patria, quien tenga miedo al sacrificio y ultraje sus armas
con infames vicios”
PROHIBIDO OLVIDAR.
Después de varios intentos por parte de
las células comunistas, en Venezuela, a el Castro comunismo no le quedo otro
medio que ensangrentar el país, con el Barcelonazo, Carupanazo, y para cerrar
con broche de sangre inocente, el Porteñazo, cuyo Comandante fue el Capitán de
Fragata Víctor Hugo Morales, siendo comandante de la Base Naval de Puerto
Cabello. A pesar de todo de las derrotas infligidas por las fuerzas democráticas,
estos grupos traidores a la patria, se dedicaron a tomar las montañas y
conformar un binomio, de guerrillas urbanas y guerrillas en los monte del país,
estableciendo la táctica de “golpea y huye” cuyo objetivo era el hostigamiento
constante a las Fuerzas Armadas, con la finalidad de debilitar y destruir no su
fortaleza militar, sino su fortaleza moral y el deseo de luchar. Esto se
materializó con emboscadas sangrientas a grupos del ejército. Entre estas
emboscada se pueden señalar “El asalto al tren del Encanto” llevada a efecto el
29 de septiembre de 1963, atacado cobardemente por guerrilleros pertenecientes
a la Unidad Táctica de Combate N° 1 del F.A.L.N. ordenada por Guillermo García Ponce y José Urbina (a)
Caraquita y conducida por Luis Correa, la operación se llamó “Olga Luzardo e
Italo Sardis, allí perecieron los cinco Guardias Nacionales custodios de
los temporadistas que viajaban en el tren del Encanto, los Guardias Nacionales
eran: el sargento Saturnino Reyes , Melecio Crespo y
Cristóbal Velasco, los distinguidos David Anzola y Carlos Santiago Noguera. El
guardia Oscar Evaristo que fue encontrado al fondo de un barranco con una
herida en la región frontal se salvó milagrosamente. Otra
Operación Guerrillera, está la acaecida el 24 de septiembre de 1969, en el
oriente del país, en la Operación Origen y Destino” no era una operación
militar, sino una operación civil para efectuar un censo de movilización de los
ciudadanos, la misma estaba siendo custodiada por militares, quienes efectuaban
las encuestas, la cual era comandada por el Sub-Teniente Alberto Enrique Graterol con apenas setenta y nueve días
de graduado de la Academia Militar, quien había sido el Alférez Mayor de la
Promoción José Gregorio Monagas. Este oficial junto con seis soldados cazadores,
fueron emboscados por las células comunistas y después de un breve encuentro,
fueron acribillados a balazos por los guerrilleros Castro comunistas. (Hoy día,
la gran mayoría de estos ilegales, que se hacen llamar revolucionarios en vez
de asesinos, hacen vida en la Asamblea Nacional al lado del gobierno actual.) El
Comandante de esta patrulla de facinerosos, se le atribuyó al que fuera el Primer Presidente de la Asamblea Nacional,
el guerrillero Fernando Soto Rojas. Las estaciones de policías, con el plan “Mata un policía y harás Patria” cayendo
en todo el país 492 agentes del orden público, por las balas asesinas de los
castro comunistas, sin el mas mínimo escrúpulo, atribuyéndoselos a Clodovaldo Russian y Ali Araque (a)
Comandante Fausto, autores intelectuales de dicho plan. Durante el año de
1964 fueron asesinados un número bastante significativos de campesinos y
ciudadanos civiles por ser testigos de paso de guerrilleros o por negarse a
colaborar; la monstruosidad castrista. Específicamente, el 31 de agosto, alcanza
un clímax sin limite, una banda guerrillera asesina a dos niños de 14 años, el
grupo criminal que se identificaba
“Primero de Mayo” asesina a los menores por negarse a cumplir tareas
terroristas bajo coacción previa. Otra acción deplorable, fue el 17 de
septiembre, cuando terrorista armados abren fuego de ametralladora y pistola en
plena plaza del Silencio, en el centro de Caracas, siendo gravemente heridas
dos personas, ese año fueron numerosos los ataques con fusiles y ametralladoras
contra Conejo Blanco, hoy día Fuerte Tiuna, simultáneos a las agresiones
armadas contra el Ejercito en el Estado Falcón, también el celebre ataque del
30 de julio contra el ejercito en el cerro del Bachiller, entre los estados
Miranda y Anzoátegui.
Durante 1964,
la guerrilla marxista asesinó numerosos miembros de la policía y las Fuerzas
Armadas en todo el territorio nacional. Mientras que Fidel Castro, anunciaba en
la Habana la creación del “Comité Cubano de Solidaridad con Venezuela” y
lideres del PCV y MIR, hacían llegar al Congreso Nacional, un documento en el cual
amenazaban con llevar al país “A un baño de sangre” como vía de derrocamiento
del gobierno electo para la instauración de un régimen igual al de Fidel Castro
en Cuba.
Estas
series de actos en contra de la Republica de Venezuela, motivo a que las
Fuerzas Armadas, adoptaran una posición ofensiva en contra de los grupos
irregulares, fueron estos, atacados por tierra y aire así como la creación de
unidades de Infantería, entrenadas y especializadas en el combate
antiguerrillero, alcanzando un excelente
éxito en la misión encomendada. Una tarde se le ordeno al Grupo de Bombardeo N°
13, que atacaran con bombas un grupo
bastante numeroso de guerrilleros que en ese momento estaba operando y
concentrándose en la sierra de San Luis, Estado Falcón, el líder de la
formación era el Teniente Coronel José Fernández Bolívar y su navegante
Bombardero el Capitán Jesús Ramón Zamora morales, ese día Zamora Morales, mi
amigo y compañero de promoción, era el oficial de guardia del Grupo Aéreo N°
13, una vez designado para se el
navegante bombardero del líder de la formación, me dijo, tenme la guardia hasta
que llegue, y yo, se la acepte, ya que era una costumbre en la unidad. De los
gregarios, no recuerdo a ninguno, si quien dio las IUH, fue un Capitán compañero y amigo de Promoción, el
cual insistía que no viraran a la derecha una vez hecho los pasajes, sino a la
izquierda para salir al mar ya que en la zona estaba nublado y la visibilidad
era muy limitada, si es de notar que el líder de la formación, no le puso cuidado
a lo que el Capitán explicaba, en un momento del briefing, se paro del asiento
y se ausento temporalmente del sitio,
serian la 17:30 cuando e despegaron de la Base Aérea El Libertador, una hora y
media después, regresaron a su base de origen, con la novedad de que habían
perdido contacto con el avión líder, se espero hasta las ocho de la noche, a
esa hora sucedió algo extraño en la base, como fue el oír por todos los
presentes, el ruido de las turbinas de un avión Canberra, esperamos que
aterrizara y nunca llegó a la base, posteriormente muy temprano en la mañana
salio una comisión de Búsqueda y Rescate y
localizaron el sitio del impacto en la sierra de San Luis donde se
estrelló el avión, cargado con cuatro bombas de mil libras sin haber llegado a lanzar ninguna. Es de suponer que al
estrellarse llevaba consigo las cuatro bombas. Siendo esta narración, parte de
la historia viva de nuestra otrora Fuerza Aérea y su cuota de sacrificio. El propósito
de desempolvar estos dolorosos sucesos, acaecidos en la década de los años
sesenta y parte de los setenta, es para que los nuevos integrantes de oficiales
de Comando y Técnicos, conozcan parte de la Historia Militar Venezolana y
desmentir, lo que los voceros del oficialismo, pregonan a diario, que las
Fuerzas Armadas de la cuarta republica, eran para reprimir, asesinar, torturar
y perseguir a la disidencia política de la época. Esas Fuerzas Armadas,
vilipendiadas, por los actuales jerarcas de FANB, solo le dieron vigencia a lo
que la Constitución de la Republica establecía, afianzándose,
en el sagrado deber de fidelidad,
del juramento militar, ante Dios y la Bandera, defender la patria y sus
instituciones hasta perder la vida, y así sucedió, cuando muchas vidas de
Oficiales, Sub-oficiales y Soldados, abonaron la tierra de los campos, pueblos,
ciudades, y las montañas de Venezuela, que los vio nacer con su sangre de militares
institucionalistas, bloqueando la bota cubana comandados por Fidel Castro, para
que no hiciera lo que hoy día, cincuenta
y dos años lo han permitido las autoridades militares y gubernamentales,
entregándole el país en bandeja de plata, sin la menor resistencia y vergüenza,
y con la mayor naturalidad nunca esperada, muchos se preguntaran, ¿Valió la
pena tanto sacrificio? Mi repuesta, claro que si valió la pena, porque eso es
parte de la Historia de Venezuela y será juzgada por los actuales y futuros
investigadores, y críticos de la Historia Patria...AVIADORES UNIDOS, LA FORTUNA AYUDA A LOS
AUDACES.
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