Hoy es día
de fiesta caída del cielo.
El rancho
se adorna con bellas guirnaldas.
Colocan
bombillos de los nuevecitos
Para los
quince años de Petra Consuelo
Arreglan
las sillas y también las mesas
Arreglos
florales sobre los manteles.
Colocan la
torta sobre una mesita
Se ve muy
sabrosa y es de pura fresas.
¿Dónde están
las velas?... Pregunta Carmelo.
En una gaveta de la peinadora.
Contesta la
vieja con rollos en el pelo.
Ten mucho
cuidado no caigan al suelo.
Anda báñate
niña… que ya se hace tarde.
Consuelito
mija, van a ser las seis.
Nos dejas
agua en el perolón.
Que nos
sale baño, a mí y a tu padre.
Doña Gumersinda se mete la pinta.
También Don
Carmelo con tremendo traje.
Llegan
invitados para el baile del vals.
Están muy
nerviosos y sudando tinta.
Vistiendo
un vestido de puro organdí.
La niña que
cumple bellos quince años.
Se nota un
adorno en su cabellera
Un tocado
de plumas como un colibrí
La música
que suena es primaveral.
Sale
Consuelito al centro de la sala.
Se instala ahí
mismo su padre Carmelo.
Invita a su hija a bailar el vals.
Le dan al
conjunto una tanda de ron.
El dueño
del conjunto viene de la costa.
Conjunto
que suena en toda la comarca.
Es muy
conocido como el Cimarrón.
Todo el
mundo baila al compás del son
Empezó la
fiesta y a gozar un puyero.
Muevan
esqueleto, y así se rebajan
Con la
música del gran Cimarrón.
Hay preocupación en la sala del rancho.
Por tres
malandrines que andan merodeando.
Los
enfrentan algunos… de allí los presentes.
A fin de
evitar un gran zafarrancho.
Se fueron
corriendo por la carretera.
Todos
disfrutaban de los quince años.
Apagar las
velas y a cortar la torta.
Acérquense
todos…pero a la carrera.
Son muchas
tarjetas y también regalos.
Los abre en
el momento de cortar la torta.
Deja para
mas tarde…le dice la madre.
Y pide un
deseo de algo soñado.
Ya es de
madrugada, en todo el barrio.
Se oye un
estruendo que casi infarta.
Son los
malandrines que se regresaron.
Lanzando a
la sala un gran tumba rancho.
Con una
escopeta sale don Carmelo.
A poner en
orden los tres malandrines.
Cuando
ellos lo ven que se encuentra armado.
Perdone
Carmelo…que eso era jugando.
Así transcurrió,
la fiesta de Consuelo.
Gozando un
puyero en sus quince años.
Vasos y
papeles, pedazos de torta.
Así le
quedo ese escenario, limpieza exigida para todo el suelo.
El viejo
Carmelo, pasando el ratón.
Le dice a
su vieja que el gozo un bolón.
Jarte
aguardiente y comí de todo.
Pero de la
fiesta me quede cagon.
Cuatro
borrachitos duermen en el suelo.
Con
tremenda pea que todo lo afean.
Carmelo,
mijito pon ahí el orden.
Mira que es
la fiesta de tu negra bella
Esa que
esta ahí, llamada Consuelo.
Hay cuatro
invitados con unos pañuelos.
Montan
cacería a los mesoneros.
Bebidas que
pasan son ellos los dueños.
Hay
pasa palos que son bien sabrosos.
Pero sus
predilectos son to...’ los Tequeños.
Amigo de la casa, quien es muy circunspecto
Toma el
aguardiente como beber agua
No pudo
esperar el corte de torta. Por que ahí esta… durmiendo la pea
En un
colchoncito que se llama suelo.
Esta bien
temprano y abunda el borracho.
Docenas de
ellos están en la puerta.
¿Qué estará
pasando? Que todos se ríen.
Se asoma
consuelo con amigas de ella.
Es un
invitado ya pasado de palo
Acostado en
el suelo y lo que le queda es estar
vomitando.
Sigue
Consuelito allá fuera hurgando.
Cual es su
sorpresa, de lo que encontró.
Un borracho
de esos con tremenda pea.
En la pata
de un palo… que se estaba miando…
Se jodio
esa fiesta, gritaba un sayón.
No hay
aguardiente ni tampoco ron.
Tomaremos
miaos para la emoción
Y poder
bailar cualquier de los son
Esa es otra
vaina el de ese conjunto.
No ponen
merengues sino puras baladas.
Mejor
prendo un radio, con bastante música.
Porque ese
conjunto es una cagada.
Que fiesta tan buena. Dice Consuelito.
Goce un puyero.
Bailé a mis amigos.
También a mis hermanos.
Será inolvidable.
Las gracias a todos.
Pero más a mis padres.
Mañana amanezco trabajando duro.
Recogiendo todos esos tarantantines.
Lo malo y lo lindo.
Pero fiesta al fin.
Amanecidos aquí, amanecidos allá.
Durmiendo la mona.
En la pata del palo.
De aquel tamarindo.
En la sala del rancho.
Duerme a toda sus anchas.
Un amigo nuestro.
Que se llama Pancho.
Vasos por aquí, Vasos por allá.
Luego
se presenta Doña Gumersinda.
Boten los desechos.
Pásenme, la escoba y también la pala.
Haciendo un recuento.
De tremenda fiesta.
Yo no tengo quejas dice Consuelito.
Pequeño tropiezo a la media noche.
Con cuatro malandros.
Que no los invitaron.
Lanzaron al techo un gran tumba.
Rancho…
No
paso de ahí todo se calmó.
Al ver
a mi papa que los asustó
Seguimos la fiesta y…
Doy
gracias a Dios.
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