Recién llegado al país después de haber
permanecido en Inglaterra por espacio de tres años, como jefe de la misión para
cambio de la viga central de los aviones Canberra, específicamente en Diciembre
de 1969, fui asignado al Servicio de Mantenimiento de la
FAV. Como jefe del Departamento Aeronáutico de dicho servicio. En enero de 1970, después
de haber disfrutado de la época decembrina, me presenté a mi nuevo cargo, cuyo
jefe del Servicio era el Coronel Shell, Un lunes de ese mismo mes, fui llamado con la urgencia del caso a que me
presentara al Comando de Personal en la Comandancia General
de la Aviación ,
lo cual me trajo cierto nerviosismo, por el contenido del radiograma recibido,
al día siguiente me traslade a dicha sede y me le presente al Tte.-Cnel Balbino
Colmenares Saavedra, jefe de personal en dicho comando, cuando me vio me saludo
y con una sonrisa picara, me preguntó como me había ido en Inglaterra y que si
estaba haciendo mucho frío, estuvimos hablando por espacio de varios minutos y
recuerdo que me dijo, que ese año la FAV.
Arribaba a sus cincuenta años y que se habían programado
varios eventos, en uno de ellos iba a ser el jefe del grupo de rescate de esa
nueva misión, Y que me iba a gustar por
lo atípico de la misma, le pregunté cual era, y de nuevo me volvió a preguntar
si en Inglaterra estaba haciendo mucho frío, le repetí que si, me dijo bueno la
misión es que has sido seleccionado para que seas el jefe del grupo de rescate
de la avioneta de Jimmy Ángel arriba en el Auyentupuy, le pregunté que si iba
solo, me informó que el Jefe de la
Misión era el Coronel Edgar Suárez Mier y Terán, y otro
oficiales mas; un domingo del mes de enero nos embarcamos en un avión C-123
cuyos pilotos eran dos de mis compañeros Capitán Bartolomé Garrido y el Capitán
Bastidas Díaz, después de unas tres horas de vuelo aterrizamos en la pista de
Canaima, el calor era insoportable y en la tarde los jejenes hicieron su agosto
con nuestra humanidad, muy temprano en la mañana del día lunes se despejo la
meseta e hicimos el intento de llegar a la base de operaciones en el tope del
Auyentepui, la primera vez no se pudo entrar por lo tapado con mucha nubosidad,
posteriormente se hizo un nuevo intento hasta que se logró aterrizar en el
sitio cercano donde altiva, permanecía la aeronave en cuestión o sea la
avioneta de Jimmy Ángel, nos dimos cuenta que la superficie de la meseta era
puro barro y que al caminar este llegaba hasta las rodillas, lo cual
dificultaba al máximo el desplazamiento a cualquier sitio de la misma, al
extremo que en el lanzamiento de las provisiones muchas de ellas se perdieron
porque cayeron a unos doscientos y cien metros del campamento y el piso de la
meseta nos negó que pudiéramos rescatarlos; de inmediato se dieron las ordenes
para proceder a desmantelar la aeronave, dándole un trato bastante delicado
motivado a que algunas partes estaban cristalizadas, todavía en sus tanques
había residuos de combustible, la secuencia del desmantelamiento fue la
siguiente, como se encontraba con la cola en alto, se bajo y se colocó en
posición horizontal, se empezó a desmantelar por los planos lo cual no hubo
ningún problema, solo que eran muy largos y hubo la necesidad de seccionarlos y
formar dos paquetes de cuatro secciones cada uno, una vez que llegó el
helicóptero de la Base
de Operaciones en Canaima, se enviaron con la premura del caso, el
representante de TVN-5, era el muy
popular Oscar Yánez y un cubano que era el camarógrafo, cuyo nombre era Luis H
Oberto y otros miembros mas de nombres, M. Rodríguez y M. Fritz; en la noche
como a las siete Oscar Yánez, con su inteligencia innata, hacia el comentario
del desarrollo de la actividad llevada a cabo durante el día, en esa
oportunidad, muy emocionado, manifestó, “que
partes de la avioneta volvían a surcar los parajes que tanta emoción le
produjeron al muy popular Jimmy Ángel”, ya caída la tarde y cuando el frío
arreciaba con temperaturas que rallaban entre cinco y siete grados, los
comentarios de ley y las anécdotas de los hechos que se habían suscitado, antes
de que el ocaso hiciera su aparición, los mas jóvenes aprovechábamos la
permanencia del helicóptero UH. Para volar hasta la caída del río hacha, el
cual forma la maravilla del mundo conocido como el shurummeru, o sea el salto
Ángel, allí aprovechábamos para el chapuzón de ley con una aguas gélidas
envidia de un glaciar, el piloto Capitán
Rafael Fernández López, y su copiloto
Capitán Pereney Bravo, se lucían haciendo acrobacias sobre el mencionado salto
luego, con el helicóptero bajaban a todo
lo largo de la caída de agua y ya cerca de la tierra aplicaba potencia y
ascendía hasta el tope de la montaña, allí aterrizábamos y luego el disfrute de
las aguas frías y cristalinas que iban a formar esa maravilla del mundo, en la
noche bajo la mirada complaciente del astro de la noche y el titilar de las
estrella, se encendía una fogata y se procedía a contar todo lo acontecido incluyendo
lo que se pensaba hacer el día siguiente,
no podían faltar los chistes picarescos unos pornográficos, otros de cortes muy
conservadores y otros que no se le encontraban ni entrada ni salidas, los
cuales producían risas por pura cortesía, y en el transcurso de la conversación
se dejaba de vez en cuando, escapar su mentirillas como para darle mas picante
a la tertulia. Tres días duró el desmantelamiento del fuselaje, sobre todo por
la gran dificultad que nos presentó el tren de aterrizaje, cuyos pernos y
tornillos estaban completamente oxidados; gracias que entre el grupo que
conformaba el rescate estaba un señor de avanzada edad, de apellido Mercay,
suizo y veterano de la II
guerra mundial, técnico de primera en materia de aviación, gracias a el, se pudo
desmontar el componente de aterrizaje, prácticamente la dirección del
desmontaje fue su iniciativa, su
ayudante era su hijo, Cabo segundo, quien para los momentos prestaba el
servicio militar en la Base Aérea
de Boca de Río, una vez vencido este obstáculo, se procedió a desmontar todos
los componentes de la cola, o sea el timón de profundidad y el timón de
dirección, motivado a los treinta y seis años de intemperie por parte de la
avioneta, había pequeños componentes que casi hacían que se abortara la misión,
pero siendo fieles a nuestro lema “La fortuna ayuda a los audaces” se vencían
todos los obstáculos que se presentaba, muchos allí presentes comentaban que el
espíritu de Jimmy Ángel nos estaba ayudando, ¿en que se basaban para hacer este
comentario? en lo siguiente: con nosotros subió a la montaña un Ingeniero de
nombre Gustavo Henny, que junto con la esposa de Jimmy Ángel hacían pasajes
rasante sobre la meseta, buscando un sitio donde aterrizar, sin darse cuenta
que era un piso de barro, y seguro que al aterrizar, la avioneta capotearía,
cuenta su copiloto, que el piloto empezó a efectuar el aterrizaje con mucha
cautela, hasta que se decidió a efectuar el aterrizaje, para sorpresa de los
tres ocupantes que la aeronave se hundió en el fango y sucedió lo inesperado, capoteo
y quedo con las ruedas hacia arriba, salieron de la avioneta y comenta el
copiloto, que Jimmy Ángel, se paró al frente de su avión y lloró como un niño
cuando pierde su juguete, en vida quiso rescatarla pero no tenía los recursos
para hacerlo, a su muerte exigió que le bajaran su avión de la meseta y fuese
colocada en un sitio poblado, así se hizo, o sea que la mano del dueño de la
avioneta estuvo con nosotros efectuando las labores de rescate. Una vez
desmantelado los timones antes mencionados, se fueron colocando en un sitio
cerca del helipuerto de allí se bajaban a Canaima, una vez despegados el tren
de aterrizaje, los timones, quedaba lo mas difícil, el fuselaje y el motor, el
fuselaje porque medía unos ocho metros, el
motor por lo pesado y aun conservaba la hélice, la cual estaba completamente
atascada por haber permanecido dentro del barro por espacio de treinta y seis
años, para desmontar el motor, se desconectaron los parales que lo sujetaban,
lo cual no tuvo ninguna dificultad luego venia el desmontar la hélice,
sorpresa, en el primer intento para extraer el perno que la sujetaba, este
cedió como si en vez de barro, hubiese estado sumergido en aceite, todos nos
miramos la cara de sorpresa, venía el turno del fuselaje, el cual hubo
necesidad de seccionarlo en tres partes, y se agolpó en el sitio para ser
enviado a Canaima, el traslado de estas partes presentaron cierto grado de
dificultad en su traslado, muy en particular el motor que al elevarse el
helicóptero, el motor, el cual colgaba de una eslinga, empezó a girar y a
bambolearse de una forma descontrolada, lo que hizo que el helicóptero no se
sentía seguro ameritando por parte de sus pilotos posarse en tierra de nuevo,
después de varios intentos lograron sacar del sitio el componente y llevárselo
a la base de operaciones, con el fuselaje no hubo problema al igual que el
resto de los componentes, una vez evacuada la ultima pieza del avión, se
construyó un muro de piedras traídas del río que forma el Salto Ángel y se elevó
un muro donde se colocó una placa alusiva a la hazaña del explorador y el
trabajo, mencionando a los integrantes de la misión Auyantepuy. De esa misión
surgieron muchas anécdotas, entre ellas se creo una que mencionaban unos
animalitos, que de noche hacían su aparición para comerse las fruta y en cierta
medidas asaltar la despensa, resulta ser que estos, animalitos no eran mas que
algunos integrantes del grupo, que en el filo de la media noche cuando se le
atornillaba el hambre, lo que les quedaba era el pillaje, de igual forma cuando
alguno tenía que hacer sus necesidades fisiológicas, la tortura era el regreso
al campamento porque la gritería que se le formaba era de vergüenza, y
expresiones como: ¿me trajiste la
muestra de los labios? Y otras que daban vergüenza, unos mas osados se
acercaban a tomar fotos a los que en ese momento se encontraban en cuclillas
detrás de una mata o un mogote y así transcurrían los interminables días
El campamento lo conformaban varias carpas
para dos personas, la diana era a las siete de la mañana y se encargaba de ella
los soldados cocineros tocando con un tenedor o cucharilla las ollas de cocinar,
una vez que nos levantábamos después de medio dormir, nos desayunábamos e
iniciábamos la tarea del día, la cual era mi responsabilidad asignar a cada
grupo lo que debía hacer; se presentaron ciertos roces con un grupo de rescate
denominado Grupo de Rescate Venezuela; cuyo
jefe era un estudiante de la UCV , que por sobrenombre se le
puso Topoyiyo, de nombre Dom y Monserrat, se caracterizaba por ser demasiado
mala conducta y relajado al extremo, había que estarle llamando la atención
permanentemente, otro estudiante universitario de nombre Nedo Panis, estudiante
de arquitectura, mas reposado que el anterior pero de igual manera era medio
relajadito; como mencioné anteriormente por TVN-5, estaban: Oscar Yánez y un
cubano con su asistente de cámara, por el servicio de Mantenimiento, un
Ingeniero de nombre Claudio Cassotti, el Señor Mercay y su hijo, como médico
estaba el Doctor Márquez a quien por cariño lo llamábamos el “Che” por el Grupo de Operaciones Especiales GARE
10 el Capitán Fernández López y el Capitán Pereney Bravo y un maestro Técnico
Mayor cuyo nombre era MTM Oscar Rangel
Aguilar (a) Avenita, por el Grupo de transporte Nº 6, el Capitán Bartolomé
Garrido y el Capitán Bastidas Díaz, el jefe de maquina el maestro Técnico
Mayor Márquez Bello, muy conocido por
sus extravagancias, lo que hizo lo conocieran mejor como el loco Márquez Bello,
por la Fuerza Aérea
estaba el Coronel Edgar Suárez Mier y Terán, jefe de la misión, Teniente
Coronel González Páez, jefe de logística y el Capitán Juan Enrique Laurentin
Rojas jefe del Grupo de rescate, MTM Carlos Fuchs, MT1 J.B. Mora, MT2 J. A
Valderrama; y por la
Federación de Aeroclubes Doctores M. Tovar y R. Romer, así
mismo habían tres soldados uno el Cabo segundo Mercay, el soldado Luis Pulgar y
Francisco Monsalve, EL Radio Club Venezolano lo conformaban el ciudadano Carlos
Arena, Víctor Maldonado, Antonio Márquez Bello y el Mayor Francisco Marín, después
de quince días encaramado en ese altar natural, se dio por cumplida y concluida
la misión, el ciudadano Coronel nos felicito a todos, lo mismo hice yo con todo
el personal bajo mi mando, una vez que llegamos a Canaima celebramos el éxito
de la misión por todo lo alto en espera de ser evacuados hacia la ciudad
jardín, ya era domingo de carnaval, recuerdo que aproveche el helicóptero que
salió el domingo bien temprano y me vine en el, todo el tiempo fue rasante
sobre el llano y la gran sabana, algo inolvidable, lo mismo hicimos cuando ante
nuestros ojos se presento el Orinoco, atravesamos los llanos de Anzoátegui,
Guarico y por fin la civilización, Maracay Ciudad Jardín, sueño y sede de los
aviadores. Cuna de la otrora Fuerza Aérea, una pagina mas para la Aviación Militar ,
recordando aquel puñado de hombres de azul, hoy día muchos de ellos en otras
dimensiones, regocijándose de la aventura emprendida, que con su tesón lograron arrancar de la barbarie un icono
representativo de la proeza llevada a cabo por un caballero del aire..JIMMY ANGEL… AVIADORES UNIDOS, LA FORTUNA AYUDA A LOS
AUDACES.
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