Hablando con mi
hermana, el domingo en la tarde, después de haber cumplido con el sagrado deber
del voto, tocamos diferentes temas e hicimos comentarios del acontecer
nacional, entre esos temas, los cuales son de rutina diaria en la sociedad
venezolana, hablamos de la enfermedad del Presidente, el alto costo de la vida,
la inseguridad, el insoportable trafico aquí en valencia y así fuimos tejiendo
una maraña de tópicos, que cuando me di cuenta era las seis de la tarde, uno de
los temas que para nosotros fue risible, era que yo siempre había pensado
ingresar a la EAM. Como el pueblo donde vivíamos era de paso obligado para los
aviones de la FAV. Por lo general los pilotos de la aviación militar,
permanentemente tiraban sus pasajes rasantes a todo lo largo de la calle
Bolívar, cuya calle era un emporio de muchachitas muy bonitas, es de hacer
notar que de esos pasajes, surgieron matrimonios con niñas de la población,
bien cuando eran cerca de las nueve o diez de la mañana, yo, estaba pendiente
de los ruidos de los motores de los aviones que se acercaban al pueblo en
vuelos rasantes, ¿para que? Para salir corriendo y meterme debajo de mi cama,
porque ese ruido me asustaba, y es real que esa actitud mía, ante mis padres,
era causal de risas y burlas hacia mi persona, mi papa, que era un gran mamador
de gallos, me decía, con tipo como tu, Fuerza
Aérea va a salir adelante, en realidad me daba pena al momento, pero esa se
disipaba apenas oía el motor de un avión en vuelo bajo, para mi era un castigo
de lunes a viernes. Sucedió una mañana que fueron varias personas importantes
del pueblo a hablar con mi papa, quien era el telegrafista, le informaron, que habían
ido unos labriegos, a la prefectura, de
las plantaciones del Banco, las cuales eran unas tierras, que en vida fueron
del General Juan Vicente Gómez y el Señor Pimentel, a participarle que ellos
vieron un avión que se había caído casi en la orilla de la laguna, y que allá
estaba el piloto bastante golpeado, cuando los habitantes de la comunidad,
tuvieron conocimiento de la noticia, en fracciones de segundos, el pueblo, quedo
solo, ya que los fisgones se fueron a ver el sitio donde cayo el avión. En
vista de que no tenia conocimiento de aviones, a estas alturas de mi vida, no
se si el avión accidentado era un T-6, P-47 o un Vultee. Si recuerdo
claramente, que cuando llegamos al sitio, el piloto estaba sentado al lado del
avión, hablando con unos campesinos, era una persona de estatura normal, catire
y se había partido el labio superior, tenia un golpe en la cara, las personas
que fungían como autoridades, hablaron con el, se embarcaron en una camioneta y
se fueron al telégrafos, mi residencia, a esperar que vinieran de Maracay a
recogerlo, entre esas conversaciones, recuerdo que mi papa, le dijo, ese catire
tiene tantos años y me ha dicho que cuando crezca se va a meter a la aviación,
pero tiene un problema, a lo que el piloto, le pregunto, ¿Qué problema tiene?
Mi papa, como siempre jodedor, le dijo, bueno, que cuando oye un avión, sale
corriendo y se mete debajo de la cama y de ahí sale como a la hora, lo que
causo risa al piloto accidentado, me gustaría, saber, ¿Quién era el piloto? Y si esta vivo, recordar esa odisea de el,
acaecida en la década de los años cuarenta, en las tierras de las plantaciones
del Banco, en San Joaquín Carabobo…AVIADORES UNIDOS, UN COMPROMISO CON LA HISTORIA.
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