miércoles, 21 de agosto de 2013


En la antigüedad el sable y la espada, era utilizada como un arma para el combate cuerpo a cuerpo, estableciendo una gran diferencia entre un sable y una espada, el sable por lo general es de hoja mas delgada y completamente puntiagudo en cambio la espada es de hoja mucho mas gruesa y pesada, con una punta algunas veces roma o semi puntiagudo. Mencione al comienzo que estas armas eran utilizadas en los combates cuerpo a cuerpo, de igual forma como usaban los machetes y otras armas blancas de variadas formas, estas armas le restaban movilidad al combatiente, por lo pesado de la misma. Con la aparición de la tecnología, estas armas pasaron a ser solo parte del recuerdo en los combates cuerpo a cuerpo, y para darle un significado glorioso, fueron establecidas como el símbolo de mando de un oficial. El sable como arma de combate se uso en Venezuela durante las batallas que libraron, nuestros libertadores con los ejércitos españoles, y en las paginas de la Historia Patria, se hace mención a el uso de sables y espadas en esos encuentros bélicos, imperaba era la destreza en el manejo de esas armas blanca, por lo general eran los oficiales y algunos sub-oficiales que portaban dicha arma.

     Considero que es bastante difícil, establecer una fecha en la cual el sable o la espada dejaron de ser un arma de defensa en las tropas venezolanas, el machete era la predilecta por los soldados, acompañado de las lanzas, una vez lograda la Independencia, los oficiales portaban el sable en todo tipo de actividad, aun cuando eran transferidos o iban a ser reconocidos, en formación por el personal subalterno, este tenia que portar el sable al comandar esa formación. Cuando un oficial se presentaba a su nuevo cargo, el debía ir uniformado de gala y portando el sable, este ultimo comentario, estaba establecido en el Reglamento de castigo disciplinario N° 6, siendo una falta mediana no cumplir con lo establecido.

     A partir del año de 1945, con la modificación que sufrieron los uniformes militares, entre una de ellas, estaba el no portar el sable diariamente, a los Generales le otorgaron una replica exactamente igual a la espada del Libertador; estas dos armas pueden ser usadas, solo en ocasiones muy especiales. Este símbolo de mando solo quedo como algo simbólico y ceremonial,  como una forma de identificar en ellos el mando que detenta.

     El sable del oficial tiene su lectura; mide aproximadamente unos 75 cms de largo, es de estilo prusiano, posee un guardamano y su empuñadura, con una cabeza de león, significa poder, en su pomo tiene el escudo nacional y al otro lado el escudo de la Fuerza a la cual pertenece el oficial, posee una dragona en hilos de oro, que identifica a la dragona usada por nuestros libertadores en la época de la independencia, que si extendemos esta dragona nos damos cuenta que allí cabe la cabeza de un hombre, y siempre le recordara al oficial lo siguiente “Mas vale morir ahorcado, que traicionar a la patria”. El sable posee igual que la espada su lema y es el siguiente: “No me desenvaines sin razón, ni me envaines sin honor.” En relación a este lema voy anexar una corta anécdota que aconteció en los carnavales del año 1956 con un cadete de primer año de la Otrora Escuela Militar,  “Era costumbre que durante los carnavales, el personal militar era acuartelado cien por ciento, por una urgente necesidad, un Cadete de primer año, como mencioné, le concedieron un permiso especial, y cuando iba por el Silencio, un guapetón lo baño con agua y negro humo, a toda esta el cadete acudió a su daga la desenvainó y atravesó al guapetón, dejándolo en el sitio, se elevó la novedad, intervino la Policía Militar y por ordenes del Presidente Marcos Pérez Jiménez, solo cumplió un arresto administrativo en el interior del Instituto”. O sea puso en práctica el lema del sable y por ende de la daga de la Escuela Militar. Esta  a grandes rasgos es la historia del sable, que comienza en los Institutos Militares, con la entrega de dagas a los futuros oficiales de las Fuerzas Armadas…LA FORTUNA AYUDA A LOS AUDACES.

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