viernes, 16 de agosto de 2013

¡OH! Escuela de Aviación Militar.


 Antes de iniciar, un recorrido mental de lo que fueron mis vivencias y criterios referente a la otrora Escuela de Aviación Militar, he creído conveniente y ejemplarizante, insertar un pensamiento cargado de realidades, cuyo origen fue en el país de los celtas…cito…Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca dejes de recordar aquellas que te alegraron…” De igual forma como una persona llega a querer a un semejante, algún animal o mascota, de esa misma forma se van tejiendo lazos con algo material,  que a la larga llegan a ser parte importante en la vida de la persona querendona,  mas si ese ser, esa mascota o ese elemento material, han marcado la vida de ese actor o protagonista, y cuando menciono la palabra marcar lo hago como una marca de pensamiento y recuerdos, podríamos decir que es el buril con que el artista marca su creación cuando esta se encuentra fresca, la cual perdurara para siempre, ésta marca, son algunos momentos llenos de alegría y otros de tristezas, pero en si, es algo del cual es imposible desligarse; existen posturas de indeferencia ante estas eventualidades que surgen en algún momento cuando el baúl de los recuerdos abre o levanta su tapa y ahí encontramos lo que hemos vivido a lo largo de nuestros años y el transcurrir de la vida de esas personas; ahí, es cuando nos damos cuenta, de lo importante que ha sido ese factor material, en este caso una edificación o casona,  refeririendome específicamente, a esa hermosa y bella edificación en la Avenida Bolívar este en la Ciudad Jardín de Maracay, la cual fue fundada el 14 de Febrero de 1936, como sede del Alma Mater de la Aviación Venezolana, la cual operó por espacio de veinticinco años, cuando el 3 de Diciembre de 1960, fue cancelada su actuación como Escuela de Aviación Militar, siendo sus dos ultimas hijas, la Promociones Teniente Jesús Manuel Roa Moreno 1959, Teniente, Salomón Vivas Belandria 1960, fue la Promoción Sargento Piloto Cesar Augusto Pinzon, la encargada de rendirle honores y darle las gracias en nombre de todos los egresados de ella, por haber compartido los sueños de muchos, sus éxitos y el logro de haberse hechos oficiales de la Aviación Militar Venezolana, cerrándole sus puertas para siempre, de ella, habían egresado un alto grupo de oficiales y Sub-oficiales, que vigorizarían, en su momento, los cuadros de la Fuerza Aérea Venezolana y también de otras Fuerzas Aéreas del Continente Americano; en su sede, se formaban tanto Oficiales pilotos como Sub-oficiales técnicos, impulsando así a la otrora Fuerza Aérea Venezolana, su permanencia por setenta y dos años en esa importante avenida de Maracay, la ha convertido en un icono y figura emblemática de la ciudad jardín, allí esta, fuerte y vigorosa como el primer día, una septuagenaria, que se yergue orgullosa al paso de los años, en ella se tejieron los sueños de muchos que hoy día engalanan la situación de retiro, son sus eméritos, que la quieren y veneran, y estoy seguro que cada vez que alguno de nosotros pasamos al frente de ella, rebobinamos la película de lo que fue nuestra estadía en tan noble y hermosa edificación; es una opinión muy personal, pero para mi esa edificación que un día fue la Escuela de Aviación Militar es para Maracay lo que es el Coliseo para la ciudad de Roma; aunque no debemos ni siquiera pensarlo, sería mas que lamentable y mas aun doloroso, que alguien con mente destructiva y suficiente poder monetario, ofreciera comprarla para posteriormente matar esa figura emblemática y darle paso a un centro comercial o un gigantesco estacionamiento, podríamos decir que sería una puñalada en el corazón para todos aquellos que permanecimos entre sus cuatro paredes, por espacio de mil cuatrocientos sesenta días, para formarnos como oficiales y Sub-oficiales de la Aviación Militar, hago mención a esto, porque ha sucedido en múltiples ocasiones; se alzan voces de muchos de sus hijos, que sería muy saludable para este icono, en épocas anteriores nuestra escuela, cuna de sueños realizados y también truncados, fuese transferida al actual Museo Aeronáutico, como una protección a su permanencia en el tiempo y en el espacio, estoy seguro que de lograrse este deseo y anhelo de muchos, la antigua Escuela de Aviación Militar gozaría de una mayor admiración y un mejor cuidado de sus instalaciones internas y externas, así como el maquillaje que toda anciana requiere para verse mas joven y  rozagante, en el ocaso de esta reflexión, quiero cerrar el presente escrito, con un saludo Celta el cual dice…” Y hasta que volvamos a encontrarnos que Dios te sostenga en la palma de sus manos”…LA FORTUNA AYUDA A LOS AUDACES…

 

 

 

 

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